martes, 19 de diciembre de 2017

Millones de miradas

Animada por insectos que se alborotan dentro suyo, consigue dar un par de pasos para alcanzar meticulosamente y en silencio, el anillo de plata; antigüedad que hizo suya tras la ganga de un Tonayán, una "paleteada" con vietnamita negra y la cita peligrosa con una chica de seda y rombos sobre las piernas.
Casi abatida, logra desprender un seguro artificioso que sostiene la mitad de una gema, podría ser una simple tapa de resina con efecto de piedra preciosa. De una cavidad de unos cinco milímetros de circunferencia y poco más de profundidad, brota una chispa que al reflejo sobre sus ojos se distingue como un frote de esperanza; como una brisa radioactiva hecha para salvarla en casos de muerte inminente.
Todo el apartamento será calcinado de súbito, pero su cuerpo permanecerá frío, terso y pleno.
Sin miedo ni dolor, moribunda por el gas que la intoxicó, es como da inicio el asesinato de los insectos que dieron pasos al siniestro ser de millones de miradas.












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